Revista Nº 3

Jacques-Alain Miller - Linda Katz - Leonardo Funes - Susana Amado


Matrimonios y estilos de vida

Por Fabián Fajnwaks - desde París -


El tipo de matrimonio instituido por la Iglesia a partir del siglo XI produjo la reacción del amor cortés como una formadel amor-pasión, al mismo tiempo que se imponía la adoración a la figura de la virgen para lograr nuevamenteel acercamiento de «los fieles a la iglesia». Es ésta una de las interpretaciones que los medievalistas avanzan en relación a este fenómeno fugaz que constituyó el amor-cortés.La Iglesia católica junto al Señor feudal representaban las figuras del Amo en aquella época, rigiendo las «relaciones instituidas entre los sexos». El amor cortés surgió así como una objeción, como el síntoma que intentaba refundarel amor a través de un artificio, allí donde la Iglesia comenzaba a imponer una forma instituida del matrimonio que excluía el amor-pasión. Desde entonces los semblantes del matrimonio se han modificado profundamente: la Iglesia ha decaído en su poder de determinación del matrimonio a lo largo de los siglos y, como ya lo señalara Simone Weil, la ciencia desde el siglo XVIII ha venido a ocupar el lugar dejado por la religión. Hoy encontramos el amor-pasion y lo pulsional dentro del matrimonio y el Amo moderno no es ya un Estado fuerte,sino las relaciones comerciales de la oferta y la demanda que el discurso capitalista impone, según lo formalizara alguna vez Jacques Lacan -discurso que determina nuestras relaciones en un tipo particular de lazo social que aparece puesto en cuestión por estar siempre amenazado de disolución -, así como la determinación de lo Real por la ciencia. Recordemos aquí la perspectiva que Jean-Claude Milner introduce y desarrolla en Lo Triple del placer en lo querespecta al modelo del placer moderno como «valor de uso» fetichista, en resonancia con el antiguo modelo clasico de la incorporación del otro. Lo que hoy aparece como marginal, como excluido, como síntoma de las formas instituidas del matrimonio son másbien las nuevas formas de alianza, en la época del Otro que no existe (uniones del mismo sexo reconocidas por unEstado «blando»; posibilidades de procreación médicamente asistidas sin necesidad de contar con un partenaire, o entre partenaires homosexuales, etc.). De este modo el partenaire del sujeto es cada vez más, como ya lo habíaanunciado Lacan en Televisión y J.-A. Miller nos lo recuerda en la conferencia que publicamos en este número de Enlaces, "la precariedad de nuestro propio goce, sin Otro para situarlo en su desvarío"; goce que aparece cada vez más reconocido y oficializado por formas «blandas» del Estado y por la oferta creciente del discurso de la ciencia en su modificación de lo Real. La lengua ha encontrado, y algunos autores de la filosofía neo-pragmática norteamericana han desarrollado, el término de «estilos de vida» para designar este modo contemporáneo de vivir a partir del propio plus-de-goce de cada uno, en la época del «Otro que no existe». ¿Qué encuentros se producen en esta nueva coyuntura?, ¿cómo se ve afectado el matrimonio y qué nuevos semblantes produce a partir de aquí? Las parejas contemporáneas se constituyen de manera creciente a partir del plus-de-gozar, que se inscribe allídonde ya no hay Otro para regir las relaciones entre los sexos o que permite establecer relaciones con el mismo sexo,incluyendo a veces un hijo. El psicoanálisis no puede oponerse de ningún modo al matrimonio homosexual, perodeberá atender a lo que produzca como síntoma inédito cuando este matrimonio produzca un hijo, con lo que éste pueda conllevar de síntoma de esa alianza. Igualmente deberá tratar la demanda femenina de tener un hijo, formulada como un derecho, desde el momento en que la ciencia lo permite. No hablemos aún de lo que supone de «empuie al Uno» la posibilidad de clonación que se perfila en un futuro cercano... Si la ciencia-ficción, como lo señalaba Lacan en La Tercera, "permite imaginar la posibilidad de realizar la relación sexual", debemos reconocer que la ciencia nos acerca cada vez más a este fantasma, poniendo crecientemente en evidencia el goce de la pulsión de muerte. Ya en una entrevista de la Revista Gai-Pied en 1981, Michel Foucault llamaba a inventar «estilos de vida alternativos» a partir del tipo de alianza que la nueva pareja homosexual supone, alianza en la que Foucault veía el analizador de la crisis del modelo heterosexual, a partir, seguramente, de la inclusión del amor-pasión en el matrimonio, del atravesamiento del amor-loco, y de cierta saturación de dicho modelo. No se trataba para Foucault de «normalizar la homosexualidad» o de reproducir los modos de relaciones existentes, como lo preconizaban en esos años los movimientos de liberación gay y lesbianos o feministas, y como lo ha buscado la adopción reciente del PACS1 en Francia como modo reconocido de alianza entre homosexuales, sino de "participar en una cultura que invente modalidades de relación, de existencia, de tipos de «valores» y de formas de intercambio entre individuos que sean realmente nuevos". Reconozcamos en este llamado de Foucault un anuncio anticipado de aquello a lo que asistimos hoy en lo concerniente a los semblantes actuales del matrimonio, aunque es cierto que el psicoanálisis no ha inventado una nueva forma de matrimonio, como tampoco ha inventado una nueva perversión. Pero, ¿qué dirá el psicoanalista frente a estas transformaciones sin adoptar un aire retrógrado, timorato, de indignación o de nostalgia? ¿Cómo se situará frente a la demanda de pasarse del Otro de la diferencia sexual, de la alteridad, ofrecidas por la ciencia, que encontró en la clonación su forma apoteótica? ¿Cómo y desde dónde conversará con los otros discursos de la Ciudad en estos debates, sin moralizar ni buscar restituir otro donde ya no existe?


1 Ver Enlaces 1 pág. 12, artículo de F. Fajnwaks, "Un matrimonio de puro semblante: el PACS", sobre este Pacto Civil de Solidaridad que se ha aprobado recientemente en Francia.